El pasado jueves 9 de octubre se celebró en el Casal de Barri Transformadors de Barcelona el conversatorio “Ante las amenazas militares de EE. UU. contra Venezuela: Resistencia y Solidaridad”, un acto moderado y convocado por la Plataforma por la Paz y contra las Guerras – OTAN NO, con el objetivo de analizar la coyuntura internacional actual y reafirmar la solidaridad con el pueblo venezolano en el contexto de tensión provocado por las recientes agresiones del gobierno de Washington, cuyo ejército ya ha realizado cinco ataques y ha causado la muerte de 27 personas cerca de las costas de Venezuela.
El evento, moderado por la activista María Maffioli, miembro de la Plataforma por la Paz, fue saludado por el ministro del Poder Popular para la Cultura de Venezuela, Ernesto Villegas Poljak, quien envió un audio en el que expresó su profundo agradecimiento por la actitud “militante y leal con las más nobles causas de la humanidad”. “Una de las grandes batallas por una ‘humana humanidad’ tiene lugar en el Caribe —dijo el ministro—, donde el imperialismo ha enfocado sus misiles para acabar con navegantes sin fórmula de juicio, señalándolos de narcotráfico, cuando, según cifras de las Naciones Unidas, la gran mayoría de las drogas ilegales que llegan a Estados Unidos lo hacen por el océano Pacífico, no por el mar Caribe”. Villegas concluyó con una afirmación contundente: “No son drogas, es petróleo lo que buscan”.
Mensaje de audio de Ernesto Villegas, ministro del Poder Popular para la Comunicación y la Información de la República Bolivariana de Venezuela
El encuentro contó con la participación de Cristina Simó, Presidenta del Movimiento Democrático de Mujeres y secretaria del Área Feminista del Partido Comunista de España; Diosdado Toledano, internacionalista y miembro de Socialismo 21; Encarnación López, integrante de la Comisión Republicana de Cataluña; y Víctor Ríos, historiador e investigador del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Universidad Pompeu Fabra, reconocido por su activa participación en diferentes grupos de solidaridad, entre ellos la Asamblea Bolivariana de Catalunya y la Plataforma Catalana de Solidaridad con Venezuela.
Los recientes ataques contra Venezuela fueron analizados como parte de una guerra de amplio espectro que se libra contra el país. Basándose en ello, Cristina Simó abordó los embates de la guerra no convencional contra el pueblo venezolano desde una perspectiva feminista, destacando el papel protagónico de las mujeres, que no son víctimas pasivas sino sujetos empoderados que participan activamente en la resistencia contra el “imperialismo patriarcal”, desde las bases de los consejos comunales y las comunas hasta los altos cargos de gobierno.
Simó explicó que las mujeres luchan en primera línea para amortiguar las consecuencias de las sanciones económicas, y que las recientes acciones de EE. UU. contra Venezuela y el Caribe han sumado una nueva carga: la preocupación por el futuro del país y de sus hijos.
Por su parte, Diosdado Toledano recordó que Venezuela posee las mayores reservas de petróleo del mundo y abundantes yacimientos de gas natural, recursos que – afirmó – son el verdadero objetivo del imperialismo estadounidense. Explicó que Estados Unidos ataca a Venezuela por el modelo socialista y bolivariano que representa, así como por la integración latinoamericana, del Caribe y de los pueblos del sur que el país ha contribuido a construir con extraordinarios esfuerzos solidarios desde la época del ex presidente Hugo Chávez.
Pero “Si Estados Unidos cree que lo va a tener fácil, se equivoca”, afirmó tajante Toledano, recordando que la Revolución Bolivariana lleva un cuarto de siglo enfrentando múltiples dificultades, pero que estas no han logrado hundir al país.
En la misma línea, Encarnación López señaló que Washington agrede a Venezuela porque representa un modelo de lucha antiimperialista y un ejemplo para otros países que aspiran a autodeterminarse y ser soberanos. “La ofensiva contra Caracas es una advertencia para otros pueblos que podrían levantar la voz. Defender a Venezuela es un deber moral”, afirmó.
El historiador Víctor Ríos, por su parte, perfiló durante el conversatorio el contexto de bloqueo, despojo y medidas coercitivas unilaterales ilegales en el que Washington lanzó sus más recientes ataques contra Venezuela, con el falso pretexto de la lucha contra el narcotráfico y con el único y real objetivo de derrocar al gobierno bolivariano del Presidente Nicolás Maduro.
Ríos consideró poco probable que se produzca una invasión militar directa por parte de Washington. Según explicó, no existe el apoyo de la opinión pública estadounidense ni un consenso unánime dentro de la propia administración estadounidense respecto a la validez de una acción de tal magnitud. Señaló que incluso dentro de las fuerzas armadas de Estados Unidos existe el temor de que una ofensiva contra Venezuela no logre una victoria inmediata y se convierta en una guerra de resistencia prolongada y desgastante, algo que el estamento militar no desea.
A nivel regional, añadió, tampoco hay consenso en torno a una posible intervención militar. “Hasta gobiernos filoestadounidenses la rechazan”, afirmó, recordando que ya no existen el Grupo de Lima ni figuras políticas como Iván Duque o Jair Bolsonaro que, en el pasado, facilitaron el aislamiento diplomático y las operaciones de presión contra Caracas y ahora podrían apoyar un ataque desde el mar.
Ríos también destacó la falta de un frente interno que pudiera respaldar una acción extranjera: según el analista, la oposición extremista venezolana está desarticulada y carece de un proyecto político real, su presencia se reduce a una minoría sustentada exclusivamente por el apoyo financiero y logístico de sectores conservadores de Estados Unidos y Europa.
No obstante, el historiador advirtió que Venezuela no debe absolutamente bajar la guardia. Alertó sobre los peligros de la demonización y criminalización del presidente Maduro por parte de EE.UU., comparándolas con las campañas que precedieron las intervenciones contra Muamar el Gadafi en Libia y Saddam Hussein en Irak. “Ponerle precio a su cabeza es la acción cobarde de un gobierno que no tiene el coraje de enfrentar a un pueblo bravo, armado de conciencia y organizado en unión cívico-militar”, concluyó.
Acto seguido, analizó los ataques de Estados Unidos en el Caribe dentro de un contexto internacional más amplio. “Palestina es el contexto”, dijo, explicando que los acontecimientos en Oriente Medio han dejado al descubierto los intereses geopolíticos y la crueldad del genocidio ha despertado la conciencia popular: los pueblos han vuelto a las calles, recuperando su papel como sujetos históricos y sociales. “Algunos partidos políticos se han sumado después, pero el movimiento de la gente ya estaba”, subrayó.
El conversatorio contó con la presencia de diplomáticos y trabajadores locales del Consulado General de la República Bolivariana de Venezuela en Barcelona, quienes expresaron su agradecimiento por las muestras de solidaridad y el compromiso de los movimientos sociales catalanes con la causa del pueblo venezolano.
Durante el debate se hizo un llamado a reforzar los lazos de solidaridad entre los pueblos de América Latina y Europa, fomentar el pensamiento crítico y promover la acción colectiva frente al militarismo y las guerras impulsadas por la OTAN. Los participantes coincidieron en la necesidad de construir un mundo basado en la paz, la cooperación y la autodeterminación de los pueblos.
El acto concluyó con un mensaje de unidad y compromiso internacionalista, reafirmando la voluntad de continuar construyendo espacios de encuentro y acción conjunta en defensa de la paz y la soberanía de los pueblos.