El ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Yván Gil Pinto, durante la celebración en Caracas del 80 aniversario de la creación de la Organización de las Naciones Unidas, reiteró la necesidad de que el multilateralismo se imponga y exista una convivencia entre los pueblos.
Desde la Casa Amarilla «Antonio José de Sucre», recordó que “todos los pueblos del mundo tienen derecho a existir”, razón por la que resaltó la necesidad de celebrar la Cumbre Mundial por la Paz y en Contra de la Guerra, convocada por el Presidente Nicolás Maduro.
El diplomático invitó a la comunidad internacional a movilizarse y usar la Carta de Naciones Unidas para abordar los principales problemas de la humanidad y evitar que el fracaso de las Naciones Unidas desencadene la Tercera Guerra Mundial.
“La Sociedad de Naciones fracasó e inició lo que conocemos, ahora, como la Segunda Guerra Mundial; no permitamos que las Naciones Unidas fracase y comience la Tercera Guerra Mundial, que definitivamente nos exterminará a todos; es un llamado de urgencia”.
Asimismo, el Canciller instó a detener la “privatización que vienen sufriendo los organismos de las Naciones Unidas en los últimos años, que le ha otorgado poder a entidades diferentes a los Estados, que están por encima, incluso, de los Estados. Es necesario que esto se revierta y vuelva la esencia original, la igualdad soberana de los Estados y evitar los doble raseros y la mercantilización de las funciones de las Naciones Unidas”.
“Hoy la emergencia es la paz, sin ella no podremos conseguir nada y es necesario que todos nos movilicemos; entonces, nuevamente, el llamado a esta Cumbre Mundial por la Paz, en defensa de la Carta de las Naciones Unidas y de los valores de la propia humanidad”, sentenció Gil.
La actividad contó con la participación del cuerpo diplomático acreditado en el país, cuyos miembros reiteraron el apoyo a la propuesta de Cumbre presentada por el Jefe de Estado venezolano, así como su compromiso con el multilateralismo.
ONU: 80 años preservando a las “generaciones venideras del flagelo de la guerra”
El 26 de junio de 1945, en San Francisco, Estados Unidos (EE.UU.), al terminar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional, se firmó y adoptó la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que entró en vigor el 24 de octubre del mismo año.
El Estatuto de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) es parte integrante de esta Carta, en la cual inicialmente 50 naciones se comprometieron a “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles”.
Igualmente, resolvieron “reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas, a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional, a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad”.
Para lograr este propósito global, los firmantes, que en la actualidad suman 193 naciones, se comprometieron a “practicar la tolerancia y a convivir en paz como buenos vecinos”, uniendo fuerzas para lograr el “mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales”, mediante la “aceptación de principios y la adopción de métodos, que no se usará la fuerza armada sino en servicio del interés común”.
Además, los Jefes de Estado y de Gobierno se mostraron prestos a “emplear un mecanismo internacional para promover el progreso económico y social de todos los pueblos” sin distinciones.
No obstante, en medio del constante incumplimiento de este acuerdo y la instrumentalización de la ONU para satisfacer los intereses de las grandes potencias nace el Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas, que se lanzó oficialmente el 6 de julio de 2021, en Nueva York, EE.UU., con el fin de robustecer el poder del multilateralismo para la resolución global de problemas o situaciones específicas.
El 17 de marzo de 2023 se instaló formalmente el Grupo en la ONU Ginebra, Suiza, siendo concebido como la reserva moral de los principios fundacionales de la organización multilateral; un logro de la Diplomacia Bolivariana de Paz que promueve Venezuela en base al respeto del Derecho Internacional.
Para el Grupo de Amigos defensores de la Carta, el doble rasero, la doble moral, se ha convertido en un virus infeccioso que no solo ha minado la confianza, sino la credibilidad del propio sistema internacional, siendo el genocidio del pueblo palestino y el reciente ataque a la República Islámica de Irán, ejemplos flagrantes de este hecho.
En 2006, el comandante Hugo Chávez expresó en el seno de la Asamblea General: “Aceptémoslo con honestidad, el sistema de Naciones Unidas, nacido después de la Segunda Guerra Mundial, colapsó, se desplomó, no sirve”. Cuestionó la “anacrónica política” en la que la que estaba cimentada la ONU, donde las grandes potencias se atribuyen el “nuevo orden mundial” y las mayorías quedan subordinadas; “han convertido a esta Asamblea en un órgano meramente deliberativo, sin ningún tipo de poder para impactar de la más mínima manera la realidad terrible que vive el mundo”, refutó, al tiempo que abogó por una refundación del organismo, un planteamiento que se ha venido reiterando cada año en la gestión del presidente Nicolás Maduro.